Matilde Landa

¿Estando tú en la cárcel de Mallorca fue cuando se mató Matilde Landa (1904-1942)?

-Sí, a Matilde Landa la perdimos en esa cárcel. Era tanta la presión que no nos extrañó que llegara a poner fin a su vida o, quizás, fuera un desequilibrio emocional, no lo puedo afirmar, éramos cinco las presas que estábamos con ella y no puedo asegurar lo que la pudo suceder para quitarse la vida, pero ahora que ya no se encuentra entre nosotras puedo decir que Matilde era una mujer de lo más completa que he conocido. Era muy inteligente, con un instinto político fuera de lo común, poseía una vastísima cultura, un compromiso inigualable y una gran capacidad de trabajo, pero para mí, desde el punto de vista de una obrera como soy yo, sin apenas conocimientos, muchas de las cosas que hacía Matilde no las llegue a entender, ni a comprender. Por esta razón me resulta bastante difícil juzgarla. Lo único que puedo decir es que a Matilde la consideraban una presa especial, hasta el punto de que desde aquí, en Palma de Mallorca, la trasladaron en un avión especial.

¿A qué crees que se debían estas complacencias con una presa cuando a todas os trataban tan mal?

-Creo que los nacionales intentaron un acercamiento a su persona, tratarla de igual a igual, Matilde aceptó ese juego que resultaba muy peligroso pues siempre llegaba un momento en que no tenías más remedio que claudicar. El propósito de los nacionales consistía en conseguir que se bautizara.

¿Lo consiguieron?

– No, pero estuvieron a punto. De esta tarea se encargó la presidenta de Acción Católica de Palma. Le ofreció toda clase de prebendas para mejorar su estancia en la cárcel, pero estas ventajas conseguidas las derivaba hacía los niños y las mujeres ancianas. Entre la presidenta y Matilde surgió cierta amistad, es posible que fueran amigas. No se conocerán nunca las causas por las que aceptó bautizarse y la prueba fue que el día que iba a tener lugar el bautismo, hicieron acto de presencia en la cárcel de Palma el gobernador, el obispo y otras personalidades, esperando un gran acontecimiento. Todos aguardaban este acontecimiento para presentarlo al mundo como un gran logro, una célebre comunista se había convertido. Pero el día dispuesto para el bautizo, Matilde se suicidó arrojándose por la ventana de la tercera galería.

¿Qué paso por la mente de esa mujer tan equilibrada mentalmente para suicidarse?

Quizás en el último momento prefirió ese final antes que renunciar a los principios por los que siempre había luchado y no quisiera que esto que os relato pudiera manchar la memoria de Matilde Landa.

Matilde Landa, en junio de 1940 fue trasladada a la prisión de Palma de Mallorca, una de las más terribles cárceles de mujeres de la posguerra española, caracterizada por la masificación y la pésima alimentación. Al igual que en Ventas, Landa se convirtió de inmediato en un referente moral básico para las presas, encabezando las modestas acciones de resistencia que se desarrollaban en el penal.

 

La familia Ramiro-Bretón

Este artículo está dedicado a una familia de Burgos; muy conocida en aquel momento en la ciudad. Se trata de la familia Ramiro-Bretón. Estas líneas quieren ser un profundo homenaje a un burgalés, a su mujer y a sus hijos; Todos ellos sufrieron los horrores del golpe militar. Residían en Burgos desde el año 1917. Tras los sucesos acaecidos ese año en España, se marcharon de Madrid, fijando la residencia en la ciudad castellana.

Él era muy mañoso y montó un pequeño taller dedicado al arreglo y componenda de calzado en los bajos de su domicilio, sito en la calle Avellanos. Al poco tiempo, dado su temperamento y su buen hacer, lo conocía toda la población y, aunque se llamaba Félix Ramiro, la mayoría del pueblo, quizás por su corta estatura, lo apodaba “zapaterín”. Su mujer era Cayetana Bretón Álvarez. El matrimonio tenía tres hijas y un hijo.

Se ganaban la vida honradamente, eran muy conocidos, no solo en el barrio, sino en círculos progresistas de la ciudad y entre muchos agricultores que llevaban a su taller los arreglos de sus calzados.

Era una familia muy apreciada y considerada, las gentes menos pudientes sabían que en aquella casa siempre tenían una taza de buen caldo o un pedazo de pan. Por otra parte, las mujeres que venían de los pueblos a vender sus productos agrícolas a la capital conocían que, si les quedaba mercancía sin vender, Cayetana se encargaba de colocarla, bien en su propia casa o entre conocidos.

Félix se consideraba un hombre de izquierdas y republicano, no lo negaba ni lo ocultaba, siempre mostraba una actitud crítica contra las injusticias y no tenía ningún reparo en denunciar aquello que consideraba injusto. Esta forma de actuar le produjo serios disgustos y más de un enfrentamiento con gentes de derechas. Nunca se lo perdonaron, nada más producirse el alzamiento, una de las primeras actuaciones de los militares rebeldes fue hacer prisioneros a todos los burgaleses considerados personas de ideología izquierdista o progresista.

El 20 de julio, Félix fue detenido y dos días después, sin celebrarse juicio, lo fusilaron.

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Maestras Pasionarias

En la cárcel de Burgos fueron internadas varias maestras a las que apodaban, por rebeldes, «Pasionarias». Todas las mujeres sufrieron en la prisión, pero las educadoras más que ninguna, porque, además, cuando consiguieron la libertad resultó casi peor. No las permitieron ejercer y la represalia se mantuvo feroz. Fueron apresadas, vilipendiadas, desprovistas del título, exiliadas y, muchas, fusiladas después de múltiples castigos y dolor.

Debería tener un reconocimiento a su labor, porque durante los pocos años que pudieron ejercer su trabajo, enseñaron a los niños y niñas a convertirse en personas de provecho, pero inculcándoles valores e ideas para enfrentarse a una vida distinta a la que hasta entonces habían llevado sus padres, por lo general, analfabetos ante la falta de estudios y de una formación. Ante esta carencia de formación, las clases pudientes acabaron convirtiéndoles en meros siervos. La labor de las maestras consistió en intentar sacar de esa ignorancia y de ese servilismo a aquellas nuevas generaciones. Abrir la mente, donde empieza la liberación.

Las Pasionarias burgalesas se llamaban Sebastiana Alonso Tortajada, detenida con 22 años en Terminón mientras pasaba las vacaciones de verano. Era maestra en Pontevedra.  Fue condenada a la última pena, conmutada meses después por la cadena perpetua.

Esther Martínez Calvo, natural  de Logroño, ejercía de profesora en el pueblo burgalés de Salas de los Infantes. Su pena fue de seis años de cárcel.

Matilde Pérez García nació de Sasamón, donde también era maestra hasta que la detuvieron el 27 de julio de 1936 y fue condenada a 15 años de reclusión mayor.

Valentina María del Pilar López de Venganzones, maestra en Medina de Pomar, tenía 29 años cuando fue detenida y condenada a seis años y medio de cárcel. Estaba casada y era madre de un niño. A su marido lo fusilaron y ella, cuando fue puesta en libertad, malvivió para sacar a su hijo adelante.

Mercedes Chicote Alonso, natural de Palacios de la Sierra y educadora en Roa de Duero. Fue condenada a 30 años de reclusión mayor.

Dionisia Arroyo Alonso, nació en Villaquiran, pero era maestra en Gijón al sacar plaza para el colegio público de Jovellanos. Fue condenada a 12 años de cárcel.

Todas obtuvieron la libertad provisional pasados unos años y todas fueron inhabilitadas para siempre para poder ejercer su profesión. La mayoría tuvo que ponerse a servir para vivir.

Sus vidas se diferenciaban mucho de la vida de la verdadera Pasionaria, Dolores  Ibárruri.  Ella era una activa militante, mientras que estas mujeres no militaban ni en partidos políticos, ni en agrupaciones de mujeres antifascistas. Eso sí, eran jóvenes que creían en la libertad, odiaban las dictaduras, luchaban por la solidaridad, querían un nuevo mundo en el que desaparecieran las clases sociales y todos y todas pudiesen expresarse libremente. Un mundo en el que hubiese trabajo, un jornal suficiente para que los obreros pudiesen vivir dignamente y en el que las mujeres pudieran tener idénticas oportunidades que los hombres.

Foto: Lamarea.com

¿Dónde investigo?

A toda persona estudiosa de la historia de la Guerra Civil y Posguerra Española, le debe de interesar conocer las fuentes donde poder documentarse. Hablemos del archivo del Juzgado Togado Militar de Burgos, donde, si nos las han trasladado, se encontraban las causas instruidas en Burgos, Santander y Soria contra españoles y extranjeros.

El Archivo se encuentra en la sede del Juzgado Militar en Burgos. Hasta la desaparición como Gobierno Militar en 1995, se encontraban a cargo de la Jefatura Logística Territorial de Burgos y Soria. Jurídicamente dependían del Juez Togado, única persona que puede ordenar el desarchivo de los procedimientos y conceder permiso para consultarlos.

Se ha constatado que en 1936 existían en Burgos al menos 15 Juzgados Eventuales y uno Especial de Prisioneros Extranjeros; el único de su tipo, al menos en el Norte de España. En Santander, después de la toma de la ciudad por las tropas franquistas en 1937, se crearon múltiples juzgados. Los expedientes provenientes de esta ciudad están clasificados por letras y algunos por números o por el nombre de las localidades. En los documentos provenientes de Soria, las actuaciones las efectuó el Juzgado Eventual de la Plaza, la Guardia Civil y las tropas estacionadas en la provincia.

El número total de expedientes que se guardan en este Archivo son aproximadamente 31.600; 210 provenientes de los juzgados de Soria, de Burgos, 16.770 y de Santander, 14.000. La gran mayoría representan el periodo comprendido entre 1936 y 1942. Estos expedientes están clasificados por años y clases, en sumarísimos, sumario y causas, procedimientos previos y expedientes administrativos.

Están en buen estado de conservación, apenas han sufrido manipulación, y se encuentran guardados en cajas colocadas sobre estanterías metálicas. Suelen estar foliados y en su primera página aparecen los siguientes datos:

  • Auditoría o Capitanía General correspondiente.
  • Nombre y apellidos del encausado,
  • Juez y del Secretario del Juzgado,
  • Número dado a la causa.

También se describen los siguientes datos:

  • Número de registro, tipo de procedimiento y año de inicio.
  • Apellido y nombre de interesados.
  • Clase de delito.
  • Nacionalidad (solo para extranjeros).
  • Figuran, en ciertos expedientes, la fecha de finalización del proceso, el delito y la pena impuesta.

Desde la desaparición del Gobierno Militar, atender el cuidado del Archivo corresponde al Negociado de Registro y Archivo de la Jefatura Logística Territorial. Su custodia se encarga a un militar profesional, sin ningún tipo de formación técnica archivística. El depósito al menos hace unos años se encontraba en el piso bajo del inmueble, en un local de 50 m2, con aproximadamente 26 metros lineales de estanterías y un pequeño espacio destinado a oficina o lugar de trabajo.

Las limitaciones de acceso a la documentación son las legales, comunes a todos los archivos militares, regidos por la Real Orden de1898, la Constitución Española y la Ley 16/1985 sobre Patrimonio Histórico. Debido a su ubicación geográfica se debe tener en cuenta la Ley 6/1991 de 19 de abril, promulgada por las Cortes de Castilla y León, mucho más restrictiva que la ley nacional, que impide la consulta de un gran número de causas hasta transcurrido más de un cuarto de siglo.

En la práctica se han concedido permisos para examinar documentos concretos a familiares directos. Asimismo, previa solicitud al máximo responsable del Archivo, a unos pocos investigadores y siempre argumentando el motivo. Se ha concedido también autorización a posgraduados para elaborar sus Tesis Doctorales.

Como será el futuro, nadie lo sabe, pueden promulgarse nuevas leyes o posibles cambios en el propio archivo referente a su órgano rector o al propio personal encargado de su cuidado. El tiempo será testigo.